Puedo escribir mil líneas sobre mis tristezas y van a salir gotas cristalinas de los ojos inquietos de quien las lea, pero, existen males peores en este mundo injusto, como el gorrión que viaja solo en medio de la lluvia, el de un niño que pisa descalzo el cemento candente enviado por su padres a buscarse el pan de cada día, el de un puberto que se duerme con el estomago vacio.
Si hablo de dolor, un espinazo entra en mi corazón y recuerda que mis quejas son cosquillas, para aquellos quienes no tienen brazos para escribir versos maravillosos, para los que ven todo oscuro y desean estar sanos y para los que ven todo a color pero claman al cielo no volver a mirar cuadros dramáticos que rasgan su alma.
Lo único que queda es leer sobre la existencia y concluyo con que la mía aun no es notable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario