Algunas ideas que componen el siguiente artículo han estado dando vueltas desde hace semanas, tal vez meses. Puede sonar un poco cliché el tema, pero sin duda debe estar en la agenda temática de muchos. La idea de escribir algo sobre los jóvenes, nació por el afán que han tenido algunos periodistas de ya muchas lunas en sus espaldas, por escribir sobre la juventud. Partiendo de la autocrítica y de la unión de algunas ideas descabelladas, le dejó el siguiente post.
Ser joven en un país del tercer mundo -o en vías de desarrollo como lo prefieren llamar algunos soñadores- en el que reina el consumismo, la pobreza, el clientelismo político y sobre todo el conformismo, resulta difícil. Muchos se llenan la boca con un par de logros, algunos sueñan con sobresalir, otros tratamos de sobrevivir.
En estos tiempos según he podido observar y experimentar, lo jóvenes estamos divididos, es lógico que cada quien tenga sus ideologías, dicen que es común ser irreverente, y más ahora con las nuevas ideas de la “mente abierta”, pero ese es otro tema.
El asunto aquí es que si no sos afín a cierto grupo asumen que estás en contra. En cierta ocasión me preguntaron sobre mis ideales y dije que tengo algunos pensamientos de izquierda entonces un sujeto preguntó que si pertenezco a la Juventud Sanidista (JS), y contesté que no, sin hacer algún otro comentario. Luego ese mismo sujeto dijo “Ah entonces vos sos de los N2.0” y repetí ese monosílabo que indica negación.
Esto me llevó a analizar la situación en la que estamos. Mientras unos son manejados a gusto y placer de los gobernantes quienes se aprovechan de su obediencia, otros se declaran acérrimos “opositores”, pero no pasan de ser más que algún pequeño grupo con cierto nivel digamos que social. También están los que aparentan no interesarse por nada, no meterse en nada, ni con nadie y algunos otros más con lo que no entraré en detalle.
Luego de repasar brevemente como estamos los jóvenes nicaragüenses, es muy fácil darse cuenta que la construcción social no permite que la juventud sea aquello que mueve masas y hace temblar a los que intentan pasar encima del pueblo. Al contrario nos convierte es títeres de los que mandan, y se está reafirmando con la JS, que ha sido comparada hasta con la Juventud Hitleriana, quienes eran seguidores de Adolfo Hitler, este los movía a su gusto y antojo.
No crean que los que anti JS están a salvo de alguna crítica, porque sólo somos hablar y hablar, pero nada hacemos. Algunos intentaron hacer un grupo de opositores, pero estos se creían lo grandes pensadores, tanto pensaban que seguramente no se acordaron que el verdadero pueblo es del los barrios, el que sobrevive, el que lucha, el que va a clases sólo con el dinero del bus.
Y ¿Dónde están los que no se meten en nada? Pues seguramente intentando disfrutar su juventud, haciendo uso del conformismo sumado al egoísmo. Por eso las personas que han vívido más que nosotros nos critican, se remontan a sus tiempos y nos comparan. Citan a aquella juventud que en León luchó contra la dictadura de Somoza, o aquella que protestaba sin temor a las balas. Pero como ahora las guerras son ideológicas, entonces nos acusan de no lectores, cosa en la que también tienen razón.
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