domingo, 30 de octubre de 2011

Viaje entre continentes




Para los habitantes de un país en vías de desarrollo las posibilidades de viajar a otros países son pocas, pero siempre está ese sueño. Los estudiantes buscan becas en otros continentes, leen, quieren probar comidas de otras culturas, conocer otras personas, sentir la música extrajera y claro siempre dar a conocer su país. Una vez al año desde que estoy en la universidad viajo por veintidós naciones en un solo día. No es un sueño, tampoco una alucinación, es la Feria internacional de la Cultura y la Amistad (FICA).
En un día puedo conocer rasgos culturales de países lejanos como, Rusia, Japón, Irán, Suiza, entre otros. El cerebro está preparado para asimilar los nuevos conocimientos y abrirse a las nuevas culturas, que pueden tener muchas diferencias con la de mi país. Cada embajada representa un pedacito de cada nación, todos traen algo que identifica su patria y su propósito principal es promocionar las becas, ya sea para estudiar una carrera, una especialización o simplemente aprender el idioma.
No todo es aprender y exponer, una feria sobre países no está completa sin el toque gastronómico. Es imposible preguntar por El Salvador sin probar sus pupusas, muchas veces imitadas, pero jamás igualadas, o pasar por la madre patria España sin probar la paella de pulpo acompañada por una sangría. Luego de tanta comida y de tanta mezcla supe que iba a pasar algo, pregunté por los planes de becas españolas y miré hacia la derecha, ahí estaba Holanda.
Los holandeses están preocupados por los altos números de promiscuidad y por la prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Habían dos juegos sobre sexualidad y protección a la hora de tener relaciones sexuales: eran juegos de mesa. Los jóvenes eran  conducidos por dos hermosas muchachas nicaragüenses y al ganador le daban una pelota de fútbol anaranjada. Eso me recordó que tenía que ir a Italia, la ganadora de cuatro copas del mundo.
La representación de Italia no eran gran cosa, hay dos mesas pegadas con un hombre blanco y calvo de unos treinta años con acento italiano y una muchacha nicaragüense. No me importó que no tuvieran algo vistoso o excéntrico porque mi atención fue captada por el plan de Becas a la universidad de Bolonia, en ese momento imaginé estar en el estadio de dicha ciudad narrando un juego del club de fútbol y luego viajar a Finlandia. Eso sí lo pude hacer, caminé cinco metro y ya estaba en la casa de unos de los mejores vodka del mundo.
“¿Cuál es la población aproximada de Finlandia?”- Gritaba una muchacha de risos dorados, con ojos brillantes y voz chillona- 5 millones! grité al azar –¡Correcto!– dijo, ella estudia tecnología de ambiente en Finlandia y se fue por una beca que consiguió hace dos años gracias a su asistencia a una feria como ésta.
Cuatro horas después, el tiempo de aprender se acabó, ya no estaban los estudiantes porque se fueron a ver a las candidatas para Miss Fica. Los toldos iban quedando vacíos, pero la mente estaba llena de recuerdos. La semilla de la curiosidad y todos los deseos de superación habían sido regados por una brisa de oportunidad. El día llegó a su ocaso, la Fica consiguió nueva reina y los corazones quedaron llenos de inspiración para un futuro cercano.